Tras el triunfo de la sublevación militar contra la Segunda República en Vitoria el 19 de julio de 1936, los golpistas consiguieron dominar toda Álava, salvo los norteños municipios de Aramayona, Amurrio, Ayala, Arceniega, Oquendo y Llodio. A lo largo de aquel verano, se configuró un frente de batalla entre las fuerzas leales a la República, provenientes de Vizcaya, y las sublevadas, que abarcaba desde la localidad de Villarreal de Álava (actualmente Legutio) hasta Orduña.
Si bien el frente alavés fue secundario en el conjunto de la Guerra Civil española (1936-1939), en él tuvieron lugar cruentos combates que provocaron una serie de destrucciones en el patrimonio e infraestructuras locales, sobre todo en Villarreal, que quedó tan arrasada que se la apodó popularmente como “Villarruinas”.
Paralelamente, en las poblaciones colindantes quedaron arruinados muchos de sus edificios, sobre todo las iglesias, usadas por ambos bandos como observatorios o fortificaciones, perdiéndose en todas ellas importantes objetos artísticos y elementos arquitectónicos.
Sin embargo, no solo los combates provocaron destrucciones. En el verano de 1937, las fuerzas republicanas realizaron una serie de voladuras para retrasar el avance franquista, y, como en todas las contiendas, los combatientes en retirada, ante la frustración de la derrota, cometieron saqueos e incendios.
Esta exposición rescata del olvido y documenta aquellos trágicos acontecimientos mediante una serie de fotografías, en su mayoría inéditas, conservadas en el Archivo de Álava.