Al término del siglo XIX, tras décadas de decadencia y progresivo abandono, el Santuario de Estíbaliz atravesaba un momento delicado. El impulso de los principales intelectuales del momento, que exigieron su pronta restauración, y la implicación de las instituciones alavesas y de la ciudadanía, permitió que este emblemático lugar experimentase un auténtico resurgimiento. En tan solo unos años la basílica fue completamente reformada y la talla de la Virgen pudo volver a ocupar su lugar original. Esta “puesta a punto” propició, además, la llegada de la vida monástica a Estíbaliz en 1923 al establecerse varios monjes benedictinos procedentes de Silos. Su presencia supuso un revulsivo para el lugar, dando comienzo una etapa de esplendor acompañada de nuevas intervenciones y mejoras.
El próximo año se cumplirá el centenario de esta especial efeméride: un siglo en el que Estíbaliz vio nacer un monasterio, recibió incontables visitas, contó con el empuje del ‘trenico’ y fue testigo de un sinfín de anécdotas más que hicieron de este lugar un referente artístico, religioso y cultural para toda la provincia. Valiéndonos de las fotografías custodiadas en el Archivo de Álava, esta exposición recupera los principales hitos y cambios vividos en Estíbaliz durante aquel tiempo crucial.