La temporada 1997-98 quedó marcada en oro en la historia del Deportivo Alavés. El equipo albiazul, dirigido por José Manuel Esnal (Mané), contó con un conjunto de futbolistas que fue calificado como “luchador, disciplinado e ilusionado”. Salvo algunos veteranos, lo formaban en gran parte jóvenes procedentes de Segunda B, que hicieron un gran papel. Desde el principio, con “los pies en el suelo”, se evitó hablar de un posible ascenso, lo que solo provocaría ansiedad. De hecho, el club calificó humildemente la temporada en ciernes como “de transición”. Sin embargo, la trayectoria albiazul fue inmaculada: desde la jornada quince casi no abandonó los dos primeros puestos, que daban acceso al ascenso directo. Por si fuera poco, el Alavés llegó por tercera vez en su historia a la semifinal de la Copa del Rey, tras haber eliminado, entre otros, al Real Madrid.
De vuelta a la Liga, el 3 de mayo de 1998, a tres jornadas del final, el Deportivo Alavés podía sellar el ascenso en Mendizorroza si ganaba al Rayo Vallecano. El once albiazul no falló y venció por un claro 3-0. Cuarenta y dos años después, el Alavés volvía a Primera División. Tras la victoria, la euforia se desató en el mismo campo y continuó al día siguiente en la multitudinaria ofrenda floral a la Virgen Blanca y en los distintos homenajes que se ofrecieron al equipo. El reportaje fotográfico de la Colección L&P, conservado en el Archivo de Álava, que se presenta en esta exposición virtual, hará que muchos que participaron en esa celebración la recuerden con emoción. A los más jóvenes les parecerá algo lejano, con la esperanza de poder vivir pronto un nuevo ascenso y un homenaje similar al de aquel año.